02 junio, 2016

Cumbre de embajadores


Cumbre de embajadores

Tópico 1: FAO, América como centro agrario y sustentable para el futuro

Según el organismo de la ONU, para lograr una erradicación rápida y sustentable del hambre en América Latina y el Caribe, los gobiernos y la sociedad deben reconocer los múltiples aportes que hacen las mujeres como productoras, propietarias y tomadoras de decisiones, removiendo los obstáculos que persisten en detrimento de su condición social, económica y jurídica. En un comunicado, la FAO señaló que aunque en el resto del mundo las mujeres del campo son responsables de más de la mitad de la producción de alimentos, las de la región continúan viviendo en una situación de desigualdad social y política.
 la tasa de deforestación en el Caribe disminuyó de 59.000 a 41.000 hectáreas por año, mientras que en América del Sur cayó de 4,5 a 3,5 millones de hectáreas. También destaca que entre el 2000 y 2010 hubo un aumento en el área forestal en Cuba, Costa Rica, Chile y Uruguay. 

Tópico 2: Unidad Americana como forma de ayuda mutua, necesidad de mejorar las relaciones internacionales

Los problemas a que hace frente nuestro mundo son vastos y complejos; van desde la solución de conflictos y el establecimiento de la paz hasta el alivio de la pobreza y el logro de los objetivos del Milenio. Para encararlos, todos debemos trabajar juntos: los gobiernos, las organizaciones internacionales, el sector privado y la sociedad civil en su sentido más amplio. Los voluntarios desempeñan un papel indispensable en esos esfuerzos. Sin embargo, la notable contribución de las actividades voluntarias en todo el mundo no se reconoce suficientemente.
El voluntariado es un elemento presente en todas las culturas y las sociedades. Es una fuente fundamental de fortaleza, resistencia, solidaridad y cohesión social en las comunidades. Puede contribuir al cambio social positivo mediante el fomento de sociedades inclusivas en que se respeten la diversidad, la igualdad y la participación de todos. Esas contribuciones son vitales para los tres pilares de la labor de las Naciones Unidas: la promoción de la paz y la seguridad, el fomento del desarrollo y la protección de los derechos y la dignidad de los seres humanos. Por esa razón, todos los organismos de las Naciones Unidas se benefician del espíritu del voluntariado, entre otras cosas a través del Programa de Voluntarios de las Naciones Unidas, para ampliar el alcance de sus actividades.
La acción de los voluntarios es también esencial en nuestros esfuerzos a nivel mundial por hacer frente al cambio climático, que plantea una grave amenaza para nuestra capacidad de alcanzar los objetivos de desarrollo del Milenio. Los gobiernos del mundo se reúnen hoy en Bali (Indonesia), en la histórica Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Confían en negociar una manera de salvar nuestro planeta de los efectos del calentamiento mundial. Pero los gobiernos no pueden tampoco esperar hacerlo por sí solos. Necesitamos en cambio personas que se ofrezcan en todas partes como voluntarias para hacer frente a este desafío y para ayudar a las comunidades a mitigar los efectos del cambio climático y adaptarse a él. La acción de los voluntarios es también crítica para idear soluciones internas encaminadas a promover el crecimiento económico y desarrollar la capacidad de estar preparados y responder a los desastres naturales.


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